APORTES DEL MARXISMO A LA HISTORIOGRAFIA MODERNA

 


APORTES DEL MARXISMO A LA HISTORIOGRAFIA MODERNA

 

Wladimir Abreu, profesor de Historia y Filosofía

 

LA IRRUPCIÓN DEL MARXISMO

Lo primero que debemos aclarar antes de cualquier esfuerzo analítico sobre el marxismo, es que nunca Marx ni Engels, pretendieron que sus estudios  fuesen el inicio de la construcción de una escuela filosófica, sociológica o historiográfica en sí mismo; mas como activistas del movimiento obrero de su tiempo, buscaban dotar a este movimiento de las herramientas de análisis científico de la realidad, sobre las cuales el accionar revolucionario tuviera bases concretas; como decía Lenin : “Lo que es la esencia misma del marxismo: el análisis concreto de una situación concreta”. (Lenin 1975)

Marx Y Engels fundadores del movimiento comunista moderno, de la I y II Internacional, tenían como intención claramente definida,  descubrir y demostrar la “leyes históricas“, que rigen al modo capitalista de producción, y a su vez las leyes que han regido el desarrollo histórico de las sociedades, para que el movimiento obrero y de los trabajadores tuviesen la poderosa arma del saber científico para la superación dialéctica y revolucionaria del  presente.

En su tesis XI sobre Feuerbach, Marx dice: “Hasta ahora los filósofos se han limitado a interpretar el mundo; de lo que se trata es de transformarlo” (Marx 2006), aquí de manera tajante se evidencia la posición epistemológica, el conocimiento no es un mero hecho por sí mismo, el saber esta intrínsecamente ligado al accionar revolucionario y político.

En sus escritos Marx y Engels plantean una visión materialista de la historia, superadora de las concepciones idealistas y metafísicas que han intentado explicar el devenir histórico; con posterioridad a esta posición teórica se le conocerá como Materialismo Histórico; que más que una postura para abordar la historia, es la historia asumida de manera científica y en su realidad material concreta, es sacar a la historia del campo de la ideología al campo de la ciencia.

En dicho proceso de análisis crítico y dialectico de las transformaciones que se estaban operando en toda Europa; Marx acabo formulando una filosofía de la historia que denomino “concepción materialista de la historia” (conocida luego por sus seguidores como “materialismo histórico”). (Moradiellos 2001).

Durante la segunda mitad del siglo XIX y buena parte del XX, el marxismo será una concepción teórica proscrita en el mundo académico y las universidades, su manejo se circunscribía a algunos sectores del movimiento obrero, en una época donde el anarquismo fue el gran hegemón teórico de movimiento y por otro lado estaban aún en boga las ideas de las diversas escuelas del socialismo utópico; por mucho tiempo los seguidores de Marx, eran una minoría que libraba grandes batallas teóricas en la disputa por la dirección del movimiento obrero.

Desde 1848, publicación del Manifiesto del Partido Comunista, hasta bien pasada la Revolución Bolchevique de 1917 y finalizada la Primera Guerra Mundial; el marxismo casi no tendrá influencia en la historiografía académica; como lo explica el historiador español Enrique Moradiellos en su libro “Las Caras de Clío” ; en ese primer periodo del marxismo la casi totalidad de los historiadores  seguirán trabajando bajo la historiografía positivista y empírica de Leopoldo Van Ranke, Hippolyte Taine, Dilthey, entre otros.

Solo con el fin de la Primera Guerra Mundial, y la profunda crisis subsiguiente, el triunfo de la Revolución Bolchevique, la construcción de la Unión Soviética  y la constatación por la vía de los hechos de muchas de las ideas planteadas por  Marx, harán que  el marxismo erosiones las férreos muros del mundo académico burgués,

La evidencia del ascenso revolucionario del movimiento obrero de la primera mitad del siglo XX impulsa al “mundo intelectual” a acercarse el marxismo, el éxito de los planes quinquenales soviéticos y el evidente desarrollo industrial de lo que era la vieja y agraria Rusia, la amenazaba del fascismo, el triunfo sobre el fascismo y el papel jugado por países, pueblos y organizaciones  que se guiaban por las ideas del marxismo, contribuirán a la propagación de este, en el mundo académico de donde hasta no hacía mucho, estaba proscrito.

El Marx aporta a la historiografía una concepción materialista al desarrollo de la historia humana, no asume ser el partero único del saber científico  aplicado a la historia, si admite ser el sintetizador más acabado de todo el legado cultura, filosófico y científico de su tiempo admitiendo incluso  ser una consecuencia directa de lo más avanzado de la economía clásica inglesa, Adam Smith y David Ricardo, Sismondi (suizo), entre otros; de la filosofía clásica Alemana Hegel, Feuerbach y del socialismo utópico, Robert Owen, Fourier, Saint Simon entre otros.

 

CAUSALIDAD DEL DESARROLLO HISTÓRICO

Mientras la historiografía positivista niega la posibilidad de conocer la esencia de los hechos y solo la posibilidad cuantificar los fenómenos, el registro y la cronologización a través del registro de las fuentes documentales y “verificables”, despreciando incluso las fuentes testimoniales por ser “poco objetivas”;  limitándose a lo que decía Marx en la Ideología Alemana: “Solo una colección de hechos muertos”.

El marxismo plantea el análisis riguroso de la historia, de sus causas, de sus fuentes materiales, sin confundir materialidad con corporeidad, es decir para el marxismo, las ideas, la cultura, las tradiciones, las religiones son un hecho material y concreto en la historia. “La tradición de todas la generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”  expresa Marx en su libro El 18 de Brumario de Luis Bonaparte; el Marxismo en historiografía  rompe con el providencialismo, el idealismo y la concepción de caudillo elegido que rige los destinos; Marx comprende que el devenir histórico es producto de causas nacidas en esa misma sociedad, de sus contradicciones, tradiciones y realidades, es descubrir esas leyes; que obviamente no son las mismas leyes, de las ciencias naturales, pero que demuestran la regularidades y las transformaciones de las sociedades.

 

MODO DE PRODUCCION Y FORMACION HISTORICO-SOCIAL

El marxismo plantea que a lo largo de la historia, la humanidad se ha organizado en función de producir los medios de su subsistencia y reproducción; en ese proceso, en cada tiempo en interacción de las formas de organización de cada sociedad con su desarrollo científico técnico,  relación de producción se vincula a ciertas fuerzas de producción y viceversa pero para cuando las fuerzas productivas ya no caben en las relaciones de producción existentes, se suceden nuevas formas sociales de organizarse, más adecuadas a la nuevas fuerzas productivas. Es la tan criticada relación de base-superestructura, que bien entendida y sin caer en esquematismos  ejemplifica de buena manera ese proceso dialectico.

La superestructura ese armazón de leyes, ideas, ideologías arte y cultura expresión de una base material concreta, no de forma lineal y mecánica, sino multidireccional y dialéctica y esa interacción crea las formaciones histórico- sociales, es decir esas sociedades en su tiempo determinado y con sus características determinadas, y en constante proceso de transformación y movimiento.

 

LA LUCHA DE CLASES

“toda la historia de la sociedad humana, hasta el día de hoy, es la historia de la lucha de clases.

“Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes” (Marx 2006)

 

Estas palabras escritas en el Manifiesto del Partido Comunista de 1848, evidencia la concepción determinante de dela lucha de clases como unos de los tantos motores creadores de la historia, para Marx la historia no puede ser entendida como el producto de decisiones providenciales de reyes y príncipes; o como designios divinos; o como una casualidad imprevisibles e incognoscible; para Marx existen causas materiales que mueven la historia, entre ella la lucha de las clases  sociales que en una sociedad pugnan por el reparto de las cosas creadas en sociedad pero luego distribuidas en razón y función delas relaciones sociales imperantes ante las fuerzas productivas del momento.

Marx nos plantea que en cada sociedad hay  una estructura de clases sociales con intereses comunes y disimiles a la vez y esta contradicción dialéctica de intereses, esta lucha de clases, se inclina a favor una veces de la clases más reaccionarias del momento, pero otras veces a las clases más  revolucionaria del momento, y revolucionarias en el entendido que estas clases sociales representan modos de producción más avanzados y potentes que los modos de producción anteriores.

 

ACERCA DE MARX Y LA MICROHISTORIA

Marx no conoció la micro-historia como tal; esta es una rama de la historia de la segunda mitad del siglo XX, muy reciente dentro del campo historiográfico, pero que un muchos lugares  del mundo académico ha causado furor, parte de este “furor”  es que dentro dl mundo de la microhistoria, vinculado al auge de la postmodernidad y sus postulados, se ha proclamado “la muerte de la historia universal”,  la imposibilidad del conocimiento general de la historia, porque a su vez “los grandes relatos han muerto los”; y a los postulados postmodernistas de solo abordar lo parcelarios, los micro-relatos para los “micro-espacios societales”, se quiere presentar a la historia como una serie de pequeños relatos, de pequeños grupos o localidades inconexos en el tiempo y en el espacio, en una fragmentación positivista de  la realidad, con el añadido “postmo” de que no hay realidad sino relatos , y ya tampoco relatos, sino micro-relatos .

El asunto con la micro-historia lo define de manera interesante el Historiador Eduardo Gruner:

(…) si bien desde hace décadas ya despuntan otras, aun dentro de la academia: la “historia oral”, “la micro-historia”, “la historia contemporánea”, -todas ellas, impensables sin el antecedente de Marx: ¿Qué otra cosa que “microhistoria contemporánea?” está haciendo Marx en textos como Las Luchas…, salvo que como hemos visto, no se queda en el mero registro “micro”, sino que lo devuelve a la Grande Histoire de Francia y la modernidad burguesa en su conjunto. (Grüner 2005).

 

Para el marxismo el problema no es la micro historia o la historia local en sí, sino la pretensión de negar la conexión de los hechos locales con los hechos globales, su interacción dialéctica, esta nueva forma de irracionalismo filosófico, viejo conocido con ropaje nuevo, pretende con lenguaje rebuscado, llevarnos de nuevo a la crónica, al providencialismo de individuos o pequeños grupos, a la coronación del individualismo epistemológico.

 

EL PROBLEMA DE LA OBJETIVIDAD

Desde la irrupción de positivismo en el campo y su influencia en la historiografía, muchos investigadores en este campo han caído en la lucha sin cuartel por la objetividad, la neutralidad y la “no contaminación del análisis histórico”, con “las preconcepciones de los meta-relatos”, esa batalla incesante por la rigurosidad académica, que al final terminan siendo peor que las “preconcepciones” que se dice combatir-

El marxismo plantea que la objetividad positivista en las ciencias sociales e históricas, es un artilugio ideológico, que busca separar al ser humano de su entorno, de su realidad, lo cosifica, lo enajena de su realidad material y al enajenarlo lo aleja de la posibilidad de la acción colectiva de transformadora.

La pretensión positivista de trasplantar a las ciencias sociales las formas de las ciencias naturales, es un ardid ideológico de la etapa ya reaccionaria de la burguesía, ya alejada de los tiempos de la Revolución Francesa; es ya la entronización de “apoliticismo” como requisito “académico” para llegar a la verdad histórica, cuando se quiere llegar a la verdad, pero con la nueva moda postmoderna , también se puede renunciar a la verdad,  a la objetividad, pero a lo que nuca se renuncia es al combate contra la racionalidad y contra la ciencia.

Marx resalta como en el pasado incluso en el  de las ciencias naturales, se debió librar una dura lucha en el campo de lo político, contra las arbitrariedades de la sociedad feudal y la iglesia católica, que intentaban frenar los avances tanto en astronomía como en las ciencias naturales; al final el desarrollo científico triunfo.

El marxismo considera que la sociedad está compuesta por  clases sociales, además de otras cosas, por lo tanto la objetividad en las ciencias sociales y el conocimiento siempre estará impregnado por esa pugna, de igual manera que la lucha por la objetividad científica en las etapas finales del feudalismo fue una dura lucha entre la verdad y objetividad  clerical contra la verdad y la objetividad científica de hombres como Galileo, Kepler, Servet, Darwin, etc., etc.

Las ideas dominantes son siempre las ideas de las clases dominantes y esas clases dominantes al destronar a las clases sociales de un modo de producción pasado, impulsan ideas y avances revolucionarios, pero con el transcurrir del tiempo estas clases dominantes pasa de ser revolucionarias a ser reaccionarias, cuando sienten amenazado su orden constituido.

Marx asume la parcialidad, en la objetividad, no la niega, él no es neutral, la clase obrera no es neutral y no puede serlo, so pena de perecer. En Marx la “neutralidad objetiva” es un arma ideológica de dominación; por su puesto Marx no niega e incluso reivindica la crítica exhaustiva, el análisis pormenorizado demos hechos la búsqueda de las causas materiales, incluyendo en la materialidad, todo lo superestructural: leyes, religión cultura e ideas, “nada humano me es ajeno” solía decir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

Grüner E. Estudio introductorio a la edición de  Las Luchas  de clases en Francia de 1848-1850 .Ediciones Luxemburg. Buenos Aires. 2005.

Lenin V.I. Obras Escogidas, AKAL Madrid Tres Tomos. 1975.

Marx Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. Fundación Federico Engels. Madrid. 2006.

Marx K. La Ideología Alemana. AKAL. Madrid. 2014

Marx K. 18 de Brumario de Luis Bonaparte. Alba Libros. Madrid. 2005

Moradiellos E. Las Caras de Clío. Editorial Siglo Veintiuno. Madrid. 2001.

 

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