200 años de La batalla de Carabobo: un hito revolucionario

 Wladimir Abreu, profesor de historia


(Tomado de Tribuna Popular Digital 24 de junio de 2021https://prensapcv.wordpress.com/2021/06/24/200-anos-de-la-batalla-de-carabobo-un-hito-revolucionario/?fbclid=IwAR33ceQleSOQOdCi9EMbmqngrjx65PaMoD5aE4XNzhE8qmjFe0VAOL2TRDs )

Miembro del Comité Central del PCV

Al Excelentísimo señor Vicepresidente de Nueva Granada.

Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria

el nacimiento político la República de Colombia.

(Simón Bolívar, Parte de la Batalla de Carabobo)

Cada año, al conmemorar la Batalla de Carabobo, se suele ensalzar el aspecto militar; el heroísmo y la valentía de los protagonista y, desde luego, el carácter estratégico de esta gesta que terminó por desequilibrar el poder de las fuerzas realistas y así consolidar la independencia de la República de Colombia (la Gran Colombia) frente a España. Todos estos elementos son innegables, pero la historia oficial suele “olvidar” un componente fundamental: el contexto histórico revolucionario que hace de La Batalla de Carabobo – 24 de junio de 1821- un acontecimiento de trascendencia continental.

Carabobo, en el ámbito de la Capitanía General de Venezuela, representa el punto culminante de una ola revolucionaria que estalló en Francia en 1789, recorrió Europa y conmocionaría al imperio bi-hemisférico español; barriendo los restos del Ancienne Regime y las rémoras feudales que aún nos ataban al pasado pre-capitalista: la unión del Trono, el Altar y la propiedad semi-feudal de la Tierra.

La Batalla de Carabobo resume no sólo la independencia de Venezuela, es también el triunfo revolucionario, de las ideas liberales y republicanas, hijas de la Ilustración y la Revolución Francesa. Es la consolidación del proyecto del Estado-Nación, de la República, de la nación política, frente al poder monárquico. Desde entonces, ya la unidad política de nuestro territorio no se definirá por la dependencia a una corona. Ser súbdito significaba estar “bajo la palabras” de una familia real (del Latín sub=debajo y dito=palabra).

En el Antiguo Régimen, las personas más que a una Nación, estaban sometidas al dominio de una familia real terrateniente y es precisamente esto lo que condena Bolívar una década antes de la batalla que selló la independencia de Venezuela:

¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! 300 años de calma, ¿no bastan? La junta Patriótica respeta como debe, al Congreso de la Nación, pero el Congreso debe oír a la Junta Patriótica, centro de luces de todos los intereses revolucionarios (Bolívar, 1811)

Recordemos que entre muchos de los motivos que impulsaron la oleada revolucionaria y republicana que recorrió todos los rincones del Imperio español a ambos lados del Atlántico fue la claudicación de la corona española ante el Emperador Napoleón Bonaparte. Las nacientes burguesías, por aquel entonces con potencial revolucionario, junto a las masas populares, se cansaron de ser intercambiadas como trofeos y monedas en las disputas de los monarcas de turno.

La Batalla de Carabobo fue un triunfo revolucionario porque, por un lado, barrio con los restos del Antiguo Régimen pre-capitalista, clerical y monárquico y, por otro, abrió paso al Estado-Nación venezolano republicano y liberal; entendiendo por liberalismo como se concebía a principios del siglo XIX: separación de la iglesia y el Estado, constitucionalismo, eliminación de fueros feudales, división de poderes y la construcción de una economía interna y externa, independiente de España:

   Consolidada la independencia tras la batalla de Carabobo, Venezuela, que administrativamente formaba parte de la República de Colombia, se vio en la necesidad de replantearse su comercio exterior. (…). En la etapa colonial y salvo en las épocas de excepto debidas a las guerras, un notable porcentaje de los intercambios se realizaban directamente con la Metrópoli, por lo que la agricultura se había especializado parcialmente en aquellos frutos que gozaban de mayor demanda en los mercados peninsulares, como el cacao o materias primas, en especial para las manufacturas textiles catalanas (algodón, añil, dividive). Terminada la guerra cesaron por completo estas relaciones directas con España, y Venezuela debió orientarse hacia otros mercados, con diferentes hábitos comerciales y necesidades. (Izard, 1979).

En Carabobo, así como en las demás batallas que sellaron las independencias hispanoamericanas, se gestaron las más estables y longevas repúblicas del orbe; salvo México, que por unos años fue una monarquía, todas las naciones al sur del Río Grande siempre han sido repúblicas. Ni siquiera la República Francesa, nacida en 1792, ostenta tal precedente, pues a los pocos años moriría con el golpe monárquico de Napoleón Bonaparte (1799) y no sería sino hasta 1871 que volvería a ser república, bajo los escombros de la Guerra Franco-Prusiana y los cadáveres de la Comuna de París. Muchas naciones europeas alcanzaron modelos de Estados republicanos luego de la Primera Guerra Mundial y otras, solo después de la Segunda Guerra Mundial. Como es conocido, aún quedan monarquías en Europa, aunque ya son monarquías constitucionales, solo la retrograda Arabia Saudita y algunos emiratos en el Medio Oriente mantienen monarquías absolutas.

La ola revolucionaria que arrancó en París en 1789, con la influencia de los liberales españoles de la Constitución de Cádiz de 1812 y la herencia de la Ilustración europea de finales del siglo XVIII, con sus matices, recorrerá los campos de Carabobo. El 24 de junio de 1821 moría en Venezuela el “antiguo mundo”. Las palabras de Bolívar dirigiéndose al Congreso de Colombia (La Gran Colombia) como jefe del Ejército Libertador de la República, evidenciaban el palpable cambio revolucionario y la génesis de nuestra soberanía:

Acepte el Congreso Soberano en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje de un ejército rendido, el más grande y  más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla.
Tengo el honor de ser con la más alta consideración, de V. E. atento, humilde servidor
Simón Bolívar
Valencia, 25 de junio de 1821
Parte de la Batalla de Carabobo al Congreso de la República de Colombia

Bibliografía:

Bolívar Simón. Parte de la batalla de Carabobo al Congreso de la República de Colombia. Valencia 25 de junio 1821.

Bolívar Simón. Discurso ante la sociedad patriótica. Caracas. 3 al 4 de julio 1811.

Izard Miguel. El miedo a la Revolución. Editorial Tecnos. Madrid. 1979.


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