Los comunistas y las elecciones
Los comunistas y las elecciones
WLADIMIR ABREU. Especial para TP
Miembro del Comité Central del PCV
Profesor de Filosofía en la Universidad de Carabobo
(Para los trabajadores revolucionarios, para nosotros los comunistas, las elecciones no tienen el valor fetichista que les dió en el pasado la socialdemocracia.
La candidatura del Bloque Obrero y Campesino ayudará a simplificar el panorama político. Los partidos burgueses se verán forzados a concentrar su acción hasta que de una manera definitiva queden en el campo de batalla dos grupos solamente: burguesía y clase trabajadora. (tomado del semanario La Batalla. España 1931, órgano del Bloque obrero y campesino)
Los comunistas comprendemos muy bien que las transformaciones revolucionarias no surgirán ceñidas al marco de la «legalidad burguesa». El socialismo sólo será posible transformando profundamente el orden material y jurídico del sistema existente, y eso implicará trascender revolucionariamente los estrechos límites de las reglas del llamado «juego democrático» como está definido en la actualidad.
Pero también comprendemos que este principio no significa que un pequeño grupo conspirativo, alejado de las masas obreras y campesinas, pueda tener la capacidad de echar por tierra el andamiaje del sistema capitalista.
Por eso los comunistas no vemos las elecciones como un mero acto de «economía política» que nos permita ocupar algunos cargos o espacios desde los cuales poco a poco transformar la sociedad. Esta es precisamente la concepción reformista que combatimos arduamente.
Los comunistas no nos dejamos seducir por la concepción derechista y reformista del evento electoral como una feria de slogans vacíos con música estridente y mercadotecnia publicitaria, que procura conseguir el voto de las masas a través de la propaganda política sin contenido.
Agitación, organización y educación
Para los comunistas las próximas elecciones de la Presidencia de la República y los Consejos Legislativos serán una oportunidad de agitación, organización y educación de la clase obrera venezolana, las masas campesinas y todo el pueblo trabajador; por supuesto, asumiendo las artes de la propaganda y las nuevas formas de comunicación y «redes sociales», llevaremos nuestra línea política y programática de una manera que se distingan claramente el mensaje y las palabras del PCV.
Por eso el Partido del Gallo Rojo no se diluye en «comandos de campaña» y estrategias de «marketing electoral», ya que la clase obrera venezolana debe poder distinguir el perfil propio del PCV, y eso lo logramos con nuestro programa y con una campaña que supere la simple pega de afiches o pinta de murales (que también deben hacerse) con la triada de la agitación, la organización y la educación de las masas populares.
El crecimiento electoral del PCV debe ser producto de la elevación de los niveles de conciencia y de organización cualitativa y cuantitativa de la clase obrera, que aporte al proceso de acumulación para un cambio en la correlación de fuerzas del panorama político. Aumentar el caudal de votos del PCV es aumentar la fuerza política del bloque popular y antiimperialista, es aumentar las posibilidades de desplazar a los reformistas y conciliadores, y es fortalecer las posiciones de los sectores más combativos y honestos del pueblo venezolano.
¿Cuándo podrá el pueblo venezolano superar las deficiencias del proceso político venezolano? Cuando la clase obrera, junto a las masas campesinas y comuneras, se conviertan en una poderosa fuerza hegemónica dirigente del proceso bolivariano. El pueblo venezolano en la actualidad está en la mira de las potencias imperialistas y sus lacayos criollos, y el reformismo no es garantía alguna para resistir las agresiones del capital internacional.
Sólo un poderoso frente antiimperialista bajo la conducción de la clase obrera, junto a las masas campesinas y populares, puede garantizar la independencia de la nación venezolana. No nos jugamos sólo la Presidencia y algunos legisladores, está en juego el futuro del pueblo venezolano. Y la fortaleza orgánica del PCV, que debe reflejarse en su caudal electoral, es un elemento decisivo en la construcción de ese futuro.
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