EL PCV EXISTIRÁ Y LUCHARÁ EN CUALQUIER SITUACIÓN

 


EL PCV EXISTIRÁ Y LUCHARÁ EN CUALQUIER SITUACIÓN

 

Por Wladimir Abreu Profesor de Historia

Y miembro del comité Central

del Partido Comunista de Venezuela

 

A MANERA DE PROLOGO

Este presente artículo se publicó por primera vez en Tribuna Popular nro. 2.975 de fecha 15 de marzo al 5 de abril del 2017, a  raíz de  las pretensiones de Gobierno de Nicolás Maduro de dejar por fuera de la ley al PCV,  vía administrativa, al intentar aplicar una normativa creada en 1965 con el claro propósito de perseguir a los comunistas, así como lo intento en el 2017, así como en el 2007 se intentó “volver polvo cósmico” al Partido Comunista, hoy en febrero de 2023, el gobierno nacional pretende hacer méritos ante la burguesía, aniquilando el salario de los trabajadores y persiguiendo a los comunistas, como dijo Jorge Roig, vocero connotado de la burguesía venezolana :” Un buen amigo con criterio político me  dice. “: Que el régimen se pelee con el Partido Comunista de Venezuela en la misma semana que se reúne con FEDECAMARAS me parece maravilloso. Yo comparto su sentimiento”.

 

EL PCV EXISTIRÁ Y LUCHARÁ EN CUALQUIER SITUACIÓN

 

La ley de partidos políticos, reuniones públicas y manifestaciones (del 30 abril de 1965), con una “reforma parcial” del 23 de diciembre de 2010, en la que básicamente  solo se agregaron los seis artículos del “salto de talanquera”, el lenguaje de género, la denominación actual de instituciones civiles y militares del estado, vigentes al día de hoy; a pesar de ser preconstitucional. Esta ley fue promulgada por el presidente Raúl Leoni-continuador destacado de la política policial y antipopular del betancourismo; por lo que es de extrañar que algunos dirigentes del “proceso bolivariano”  la defiendan y reivindiquen.

Los parámetros de esta Ley; con el texto de su artículo 25 intacto, que se estableció en el momento más represivo del puntofijsmo como mecanismo restrictivo para el control de los partidos políticos de izquierda a través de la “renovación” de su nómina de inscritos; se agravaron con las abusivas y extralimitadas “normas” impuestas por el CNE el 4 de marzo de 2016, ya que desnaturalizan la relación del Poder Electoral con los partidos y de estos con sus militantes, al establecer que la militancia ya no se registra con su organización sino directamente con el CNE.

Esto es especialmente grave con el caso del PCV, ya que este no es un partido de masas sino de cuadros, lo que significa que para ser militante, tiene que pasarse previamente por un proceso de preparación y selección, demostrando en la teoría y  la practica la asimilación del marxismo-leninismo y los objetivos de la lucha comunista, además del nivel de conciencia y compromiso para subordinar sus interés personales a los intereses del proletariado y la revolución socialista. Es decir uno no va a un “Punto Rojo” y se hace comunista.

Este aspecto de las “normas” del CNE no solo irrumpe contra los estatuto y principios orgánicos del PCV, sino que, además atenta contra el normal funcionamiento interno de la organización, ya que “decenas”, “cientos” o “miles” pudieran registrarse en el CNE y posteriormente reclamar “el derecho” a participar en la elección de los órganos del PCV.

Adicionalmente el CNE pretende hacer públicos los datos de quienes se registren como militantes, lo cual violenta el derecho de toda persona a resguardar su posición política, el secreto del voto y también pone en riesgo su estabilidad laboral y seguridad personal, ya que en la sociedad burguesa los capitalistas y patrones podrían arremeter contra los revolucionarios.

Por eso el PCV ha reafirmado que no se someterá a estos parámetros y términos, son inaceptables para la dignidad y seguridad de una organización revolucionaria, estando dispuesto  asumir una nueva legalización -que ya soporto con nueve presidentes de la Republica y durante un tercio de sus 86 años de lucha- puesto que en tres periodos históricos (gomecismo, perezjmenismo y betancourismo), al partido del Gallo Rojo se le ha pretendido desaparecer del escenario político, a través de la ilegalización.

El PCV nace ilegal, el 5 de marzo de 1931, incluso antes de existir ya era ilegal. En las típicas reformas constitucionales que Juan Vicente Gómez realizaba para reacomodar su longeva tiranía y a raíz de las manifestaciones estudiantiles de 1928; “La Generación del 28” (brillantemente novelada por Miguel Otero Silva en su obra “Fiebre”), decidió poner sus barbas en remojo y con la asesoría jurídica de su Ministro de Relaciones Exteriores Pedro Manuel Arcaya, reforman el artículo 32 de la Constitución Nacional para incluir el célebre Inciso Sexto, el cual rezaba:

“ (…) Se consideran contrarias a la forma política y a la paz social de la Nación, las doctrinas comunista y anarquista, y los que la proclamen, propaguen o practiquen serán considerados como traidores a la patria y castigados conforme a las leyes.

Podrá en todo tiempo el Ejecutivo Federal, hállense o no suspendidas las garantías constitucionales, impedir la entrada al territorio de la Republica o expulsarles de él, por el plazo de seis meses a un año si se tratare de nacionales o por tiempo indefinido si se tratare de extranjeros, a los individuos afiliados a cualquiera de las doctrinas antedichas, cuando considerare que su entrada al territorio de la Republica o su permanencia en él pueda ser peligrosa o perjudicial para el orden público o la tranquilidad social”

Los hombres y mujeres que conformaron las primeras células del PCV, Sección Venezolana de la Internacional Comunista (SVIC), sabían muy bien de este Inciso, comprendían que su actividad revolucionaria seria combatida con dureza por la dictadura, por eso desde sus orígenes los comunistas venezolanos empiezan a escribir una historia que aun de llenar páginas. Son de resaltar las palabras del coronel Cárdenas jefe de llaves de los departamentos y calabozos de La Rotunda, al ser capturado el tercer lote de comunista en 1934: “alas ¡ahora sí que nos jodimos con estos comunistas del carajo! ¡Son como los bachacos, se les aplasta la bachaquera por un lado y salen por el otro!”

 

FUERZA INDESTRUCTIBLE

Muerto el general Juan Vicente Gómez en 1935, su sucesor el General Eleazar López Contreras- a quien la burguesía venezolana ha querido presentar como un prócer de la democracia y las nacientes libertades-, aplicara también una muy estricta política de persecución de las actividades del clandestino PCV y de cualquier otra fuerza progresista y democrática que, al menor atisbo de reclamo López Contreras mandaba a encarcelar expulsar del país.

En 1937, cuarenta y tres militantes de la oposición de izquierda y comunistas serán expulsados del país por el “talante democrático” del “ronquito”  (popularmente conocido). Luchadores populares y periódicos, fueron víctimas del Inciso Sexto. López Contreras es el segundo presidente venezolano en perseguir comunistas.

Mención aparte merece el General Isaías Medina Angarita, que acepto el respaldo comunista su gestión de gobierno, marcadamente antifascista, progresista y democrático, aunque  solo es al final de su presidencia se deroga el Inciso Sexto y se reforma la Ley de Orden Publico (5 mayo 1945); pero durante todo su mandato permitió las actividades comunistas a través de Unión Municipal y de la prensa filocomunista. La legalización del PCV se produce el 9 de octubre de 1945, cinco meses después de solicitarla y pocos días antes del golpe  de estado de la cúpula de AD y los militares, que posteriormente tomarían el poder en 1948 con el golpe al presidente Rómulo Gallegos.

A raíz de la segunda huelga petrolera del 3 de mayo de 1950, donde confluyen AD y los comunistas, el gobierno militar encabezado por el  Coronel Carlos Delgado Chalbaud tendrá el triste honor de ser en segundo presidente en ilegalizar al PCV  y el tercero en perseguir comunistas.

Tras el asesinato de Delgado Chalbaud en noviembre de 1950, la rebautizada junta de gobierno es presidida por German Suarez Flamerich, que será la cuarta presidencia en tener al PCV ilegalizado; aunque el poder real y concreto lo ejercía el coronel Marcos Evangelista Pérez Jiménez, las interpretaciones jurídicas o históricas no le quitan a Suarez Flamerich su puesto en el anticomunismo venezolano.

Tras el fraude electoral de 1952, Pérez Jiménez decide sincerar la situación, él es quien gobierna a Venezuela, y se hace proclamar presidente constitucional, y quinto en perseguir fieramente a los comunistas.

Según sus propias memorias y declaraciones, muchas de ellas recopiladas en los trabajos del historiador Agustín Blanco Muñoz, fueron los comunistas sus adversarios más peligrosos, quienes, pese al esfuerzo de la Seguridad Nacional,  (SN), nunca logro destruir. Una de las mayores obsesiones de Pérez Jiménez, era detener la circulación de Tribuna Popular clandestina, el 23 d enero cayó la dictadura, pero nunca cayo la imprenta de Tribuna Popular.

 

 

 

FIRMEZA REVOLUCIONARIA

 

El espíritu del 23 de enero no solo traería la democracia y esperanzas, sino un PCV revitalizado en la lucha anti-dictatorial, la sociedad reconocía en los hombres y mujeres comunistas, a quienes en las prisiones de Guasina, Ciudad Bolívar, en San Juan de Los Morros, o Maroa habían mostrado reciedumbre ante la tortura, eran los que no delataban, ni se rajaban; el pueblo reconocía a esos que en el Guarataro, La Silsa, san Juan y demás barrios de Caracas se habían batido a tiros, piedras y bombas molotov  con la Policía, la Seguridad nacional y la Guardia Nacional.

Pero la lista no podía parar allí, Rómulo Betancourt necesitaba ganarse las credenciales de anticomunista, con las cuales mostrar méritos, ante el gobierno Norteamericano, por ello el pacto de Nueva York y el pacto de Punto Fijo, por ello las públicas acusaciones y ataques contra los comunistas, por ello las bandas armadas de AD, la SOTOPOL, La Cobra Negra, la cabilla, el bate y la pistola de los pandilleros adecos que asaltaban los sindicatos controlados por los comunistas.

Si la lucha armada estuvo inspirada por el ejemplo de la Revolución Cubana; también está, en buena medida, fue una respuesta a la persecución violenta de Betancourt contra el Partido Comunista y el pueblo venezolano, por ello Betancourt ordena ametrallar el 4 de agosto de 1959 la manifestación de los obreros desempleados en las calles de Caracas, matando a tres trabajadores e hiriendo a más de setenta.

Con la excusa del Carupanazo y El Porteñazo Betancourt  será el tercer presidente en ilegalizar al PCV  y el sexto en perseguir a los comunistas, incluyendo el atropello de sacar preso a os diputados comunistas del Congreso Nacional.

Raúl Leoni;  el de la vigente ley de partidos políticos, y su artículo 25, que bien usa el chavismo para perseguir a quien enfrente su paquete de ajustes antiobrero y antipopular; encabezara uno de los periodos más tenebrosos de persecución y crímenes contra la izquierda venezolana y el PCV; en su mandato se tortura, asesina e intenta desaparecer el cuerpo de Alberto Lovera, se “populariza” la práctica de la desaparición forzosa, como los casos de Andrés Pasquier y Soto Rosas .

La Comisión por la Justicia y la Verdad para investigar los crímenes políticos en el periodo 1958-1998, consolido un registro de más de diez mil víctimas y la inmensa mayoría fueron bajo la jefatura de Leoni , quien supo ganarse muy bien su puesto como séptimo presidente en perseguir a los comunistas venezolanos.

El 26 de marzo de 1969, ya iniciada la presidencia de Rafael Caldera, en el marco de la política de pacificación, el PCV recobra la legalidad, que hoy vuelve a estar amenazada; pero la historia no se detiene y mucho menos se detendrá la existencia y a lucha de los comunistas en Venezuela.

 

A MANERA DE EPILOGO

Hoy el señor presidente Nicolás Maduro  y el señor jefe de la Fracción Parlamentaria del PSUV en la Asamblea Nacional  y del propio partido de gobierno, Diosdado Cabello, han desatado la ya evidente intención de destruir al Partido Comunista de Venezuela, fabricando de manera burda “una militancia” sacada de sus  UBCH y otros parapetos clientelares; es ya la última careta que se le cae a este falso “gobierno obrero” muy prolijo con los ricos, pero que con suma facilidad le quita el pan de la boca a los obreros venezolanos.

Nicolás Maduro va por la vía expedita de ser el cuarto presidente en ilegalizar al Partido Comunista, vía asalto jurídico  de la dirección del PCV y el octavo en perseguir comunistas, todo ello dentro del plan de ajustes burgués, a final Maduro, Diosdado  y la dirección del PSUV actúan en consonancia a su realidad material, son burgueses, en un gobierno de la burguesía al servicio de la burguesía;  los comunistas estamos de lado de la clase obrera y los trabajadores.

Los que pase hoy en Venezuela en la persecución del gobierno a los comunistas es algo muy sencillo de explicar: SE LLAMA LUCHA DE CLASES; no es más que otro gobierno burgués venezolano que pretende aplastar a los trabajadores y al Partido Comunista; hasta ahora los ocho presidentes anteriores no lo han logrado.

 

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