La legalización del aborto Un asunto social, no individual.
La legalización del aborto
Un asunto social, no
individual.
Wladimir Abreu.
Profesor de historia y miembro del Comité Central del PCV.
El tema de la
despenalización del aborto en Venezuela vuelva estar en la agenda pública;
amplios sectores, en pro y en contra toman posiciones y se lanzan a la calle,
medios y redes sociales a la batalla en torno al tema.
Los marxistas
debemos asumir esta batalla, pertrechados con el arma de la ciencia y la
concepción materialista de la sociedad, es menester superar el mero argumento
del liberalismo burgués: “Mi cuerpo, mi
decisión”; por planteamientos programáticos con un enfoque económico social
del asunto. El problema de la ilegalidad del aborto en Venezuela, es un
problema de la sociedad venezolana y su
solución debe involucrar profundas transformaciones de la sociedad, que de no
consumarse hará de cualquiera legislación despenalizadora del aborto, simple
letra muerta.
El aborto no
es un simple problema de decisión individual de la mujer, ¿acaso en la sociedad
hay decisiones individuales puras?, muchas de nuestras decisiones personales
llevan tras sí, siglos de cultura y tradición, llevan el trasfondo socio
económico donde habitamos, lleva el peso de la clase social a la que
pertenecemos, tras la decisión de una mujer de interrumpir o continuar un
embarazo, está el tiempo y el espacio donde vive.
El aborto en
Venezuela es un problema social, de salud pública, de negocios de medicina privada que lucra incrementando ganancias
aprovechándose de la ilegalidad, es un problema de las mujeres de la clase
obrera que no pueden acceder a los costosos servicios médicos-ginecológicos y
son víctimas de las practicas clandestinas con baja pericia médica; el aborto
en Venezuela debe ser una práctica médica legal y así evitar la práctica
clandestina sin controles sanitarios.
Pero
despenalizar el aborto, sin establecer un sistema de salud pública eficiente y
de calidad, sin acceso a los más avanzados elementos de la medicina
gineco-obstétrica, sin acceso a todo el espectro de anticonceptivos; sería solo
un saludo a la bandera.
La
despenalización del aborto debe estar acompañado de un amplísimo programa de
educación sexual de toda la sociedad, especialmente a las jóvenes generaciones,
para que puedan asumir una práctica responsable de su sexualidad; educación
sexual no es pegar un afiche en una escuela o una charla en un liceo de vez en
cuando, debe ser un esfuerzo sostenido, constante planificado y una política de
estado. Se debe avanzar en políticas de salud y educativa que nos lleven con el
transcurrir del tiempo a que el aborto sea una práctica cada vez menos
recurrente, no porque sea ilegal, sino porque la educación sexual y un
eficiente sistema de salud hagan que los embarazo no deseados sean cosa del
pasado.
Para las
mujeres la de burguesía el tema del aborto no es un problema, su condición
social les permite sortear los costos materiales y espirituales; son las
mujeres de la clase obrera las que cargan con los mayores costos sociales de la
reproducción de la especie humana.
Parafraseando
a Engels, cuando superemos el capitalismo con el socialismo-comunismo, para las
mujeres no será un problema ser mujer.
“En cuanto los medios de producción pasen a
ser propiedad común, la familia individual dejará de ser la unidad económica de
la sociedad. La economía doméstica se convertirá en un asunto social; el
cuidado y la educación de los hijos, también. La sociedad cuidará con el mismo
esmero de todos los hijos, sean legítimos o naturales. Así desaparecerá el
temor a "las consecuencias", que es hoy el más importante motivo
social –tanto desde el punto de vista moral como desde el punto de vista
económico– que impide a una joven soltera entregarse libremente al hombre a
quien ama.”
(Engels El
Origen de la familia, la propiedad privada y el estado.)
5 octubre del 2021.
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