Necesidad del combate al idealismo histórico
Publicado por primera en Tribuna Popular. nro. 2.944, el 14 de mayo del 2015.
Por: Wladimir Abreu. Especial para TP
Profesor de Historia
Nos acusan a los marxistas: “sólo lo económico”, “el positivismo como el marxismo, que son lo mismo, niegan el mundo espiritual, el pensamiento”, “la caída del muro de Berlín “demostró” el error de la inevitabilidad de la historia”, “la rueda de la historia retrocedió”, “la línea recta del desarrollo histórico del mecanicismo marxista explotó por los aires”.
Todas estas consignas alimentan el arsenal teórico de postmodernos, liberales, socialistas de arco y flecha –como diría Jerónimo Carrera–, derechistas, la nueva socialdemocracia del siglo XXI, terceras vías o quienes practican el deporte del eclecticismo teórico de coleccionar citas y autores a fin de justificar oportunismos de cualquier índole.
Señalan la supuesta linealidad histórica del marxismo, resucitan incluso el cadáver de Bernstein, “El objetivo final, no importa cuál sea, no es nada; el movimiento lo es todo”, además el objetivo final no puede establecerse, pues es, una ¡posibilidad!, quieren decretar la muerte de toda concepción científica del desarrollo social, pues ‘no hay leyes históricas’, y el Socialismo sería un hecho del azar, además lo importante es ‘conquistar buenas cosas y después veremos’.
Digamos algunas cosas, el materialismo histórico nunca planteó que la historia sea una línea recta, en un sentido geométrico, no, no es una sucesión de puntos.
Marx comprendió que la sociedad se mueve, al organizarse para satisfacer sus necesidades materiales (comer, alimentarse, cobijarse), es decir, la sociedad humana ha ido creando formas de subsistencia más eficientes para poder sobrevivir en la faz de la tierra y en ese proceso las formas de producir o los modos de producción se modifican, se desarrollan, pueden retroceder momentáneamente, en el espacio mas no en el tiempo, desviarse, y esto por supuesto en medio de las luchas de clases inherentes a cada época.
En líneas generales, como explicaba el gran científico historiador inglés E.H. Carr en su obra «¿Qué es la Historia?»: “Sí, creo que el mundo marcha hacia adelante”. Por supuesto, hacia adelante no es una autopista en línea recta y en picada; ningún marxista serio ha dicho eso, quienes arman esa falacia de autoridad es la intelectualidad burguesa y los reformistas que dedican toda su existencia a distorsionar el carácter científico del marxismo.
Desde hace 4 ó 5 millones de años, desde el surgimiento de los primeros homínidos, que practicaron la antropofagia, sacrificios y que a duras penas podían subsistir ante las condiciones de su entorno, hasta hoy en día… ¿puede negarse que la humanidad ha avanzado? Quién en su sano juicio puede ocultar el progreso histórico de la humanidad, progreso que no se detiene, ni se detendrá, ni siquiera con el comunismo; la única forma que se acabe la historia, es que desaparezca la vida humana.
‘¡No hay leyes históricas!’ aúllan los nuevos Torquemada de las ciencias sociales; nosotros decimos que sí las hay, incluso ya desde la ciencias experimentales se asume que las leyes científicas rigen el universo y las sociedades son expresión de la organización de la materia en el universo, la sociedad humana no es un hecho ajeno del universo, es creación y parte del cosmos, y como tal posee leyes.
Como decía el astrofísico Carl Sagan, de manera poética pero muy cierta: “somos polvo de estrellas”.
Es nuestro deber descubrir y estudiar esas leyes.
Incluso muchos postmodernos aludían a los conceptos de “la aleatoriedad” de la física cuántica para expresar que si a nivel subatómico las partículas desafían las leyes del universo, esto significa que ¡no hay tales leyes del universo!
El profesor Paul McGarr afirma: “la mecánica cuántica es una teoría inherente a la probabilidad. Su ley básica, la ecuación de Schrödinger, es tan determinista como cualquier ley de Newton. Pero las cantidades que describe y determina son las probabilidades de un sistema de medida en particular que lleva a un resultado en particular. La mecánica cuántica es una teoría que se aplica a escalas muy pequeñas, aunque esto no significa que no tenga efecto a grandes escalas. El procesador de textos con el que estoy escribiendo esto depende de la aplicación de la mecánica cuántica para funcionar. La teoría, sin embargo, trabaja de manera tal que en cierta escala las leyes “clásicas” de Newton siguen siendo generalmente válidas.”
Los procesos históricos se desarrollan en plazos mucho más largos que los de una vida humana. La revolución francesa de 1789, tras una década de existencia, fue derrotada por el golpe palaciego de Napoleón Bonaparte; pero ¿quién puede afirmar que su impacto no marcó y aun marca el curso de la historia mundial?, en su momento fue políticamente derrotada, pero estratégicamente marcó el ascenso definitivo de la burguesía y el capitalismo.
Desde La Bastilla el mundo avanzó; y, desde octubre de 1917 hasta nuestros días y en adelante, el mundo seguirá avanzando bajo el signo del tránsito histórico del capitalismo al comunismo.
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