150 años de la Primera Internacional

 Por: Wladimir Abreu

Publicado por primera vez el 29 de septiembre de 2014. en Tribuna Popular

Especial Tribuna Popular 243.-  La organización y los esfuerzos de la clase obrera por crear sus primeras organizaciones autónomas, se remontan a la rebelión de los obreros lyoneses de 1830 cuando los obreros ingleses lanzaron manifiestos de solidaridad. La clase obrera comienza sus primeros intentos creando pequeñas estructuras que, poco a poco, irán creando la senda para la Primera Internacional.

En 1846 se funda en Londres la asociación de los Fraternal Democrats, que establece contactos con la Asociation Démocratique creada en Bélgica por los radicales belgas, franceses y alemanes.

En 1853 surge un Comité Central Democrático europeo compuesto de obreros participantes de las revoluciones de 1848.

En 1856 se reúnen miembros de la Comuna revolucionaria, socialistas polacos, carlistas españoles, comunistas alemanes; crean un International Committee, de breve existencia pero que es casi un paso previo a la Asociación Internacional.

En 1862 los trabajadores ingleses invitan a dirigentes obreros franceses a un mitin en Londres por la independencia de Polonia el 22 de julio de 1863, y establecen los puntos comunes de la futura organización internacional.

La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), la Primera Internacional, se establece definitivamente en un mitin en Saint Martin’s Hall, el 29 de septiembre de 1864. Posee un Comité Central Provisional de 50 personas: 21 ingleses, 10 alemanes, 9 franceses, 6 italianos, 2 polacos y 2 Suizos.

Karl Marx ocupará un papel fundamental en la creación y desarrollo de la Primera Internacional, elaborando sus Estatutos y escribiendo sus primeros Manifiestos. En el primer Manifiesto de la Internacional, el mismo 1864, Marx hará un balance general de las grandes jornadas obreras de 1848: “Es un hecho importantísimo que la miseria de la masa de trabajadores no ha disminuido en absoluto de 1848 a 1864, en el período que se distingue, entre todos, por un desarrollo sin precedentes de la industria, por un crecimiento inusitado del comercio.

La Primera Internacional vivirá las polémicas y divisiones existentes en el seno de la políticamente novel clase obrera. Los sindicatos ingleses, las Trade Union en su clásica concepción economicista, se mantendrán muy cautelosas a la AIT y se negarán sistemáticamente a las acciones “políticas”; el anarquismo bakunista será siempre enemigo de las concepciones organizativas de Marx que veía en la organización y disciplina de la clase obrera una de sus fundamentales armas.

La Internacional deberá librar fuertes combates contra el anarquismo y las concepciones utopistas pequeño-burguesas que aun distraen al proletariado de la verdadera ciencia revolucionaria que representan las ideas de Marx. Aun así, la Internacional desplegará todas sus modestas fuerzas en la defensa y solidaridad con la Comuna de París, en 1871. Pero la derrota de ésta será un duro golpe para la primera Asociación Internacional de Trabajadores.

En septiembre de 1872 se consuma la división entre bakunistas y marxistas; estos últimos deciden mudar la sede del Consejo General de la AIT a Nueva York en donde languidece hasta la formalización de su disolución en 1876.

Federico Engels escribirá : “La Internacional, miembro del Consejo General ha dominado diez años de historia europea desde determinado aspecto, del aspecto que conduce al porvenir, y puede sentirse orgullosa d



e la obra que ha llevado a cabo. Pero sobrevive en su forma antigua. Yo creo que la futura Internacional, tras algunos años de influencia de los textos de Marx, será directamente comunista e implantará nuestros principios.

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